Con la llegada del frío los hábitos de entrenamiento al aire libre varían respecto a los de verano. La temperatura, la lluvia, la nieve… pueden llegar a condicionar de tal forma nuestra preparación hasta terminar por cambiar de hábitos. De la mano de nuestros amigos de epteinertialconcept te presentamos varias diferencias a la hora de encarar tu sesión de entrenamiento bien sea con calor o con frío.
- 1.- CALENTAMIENTO
Entrenar en verano supone hacerlo a altas temperaturas, a diferencia del invierno. Esto implica que en invierno debemos calentar más exhaustivamente para alcanzar una temperatura corporal alta ya que nuestros músculos se encuentran más contraídos a causa del frío. De esta manera, activamos el metabolismo, evitamos lesiones y facilitamos el riego sanguíneo. Además, es recomendable realizar el calentamiento a cubierto, sobre todo si la temperatura exterior es inferior a los 5ºC. En verano nos cuesta menos alcanzar esta temperatura corporal, por lo que el calentamiento puede ser más liviano y podemos realizarlo en el exterior. Sin olvidar, por supuesto, la importancia de un buen calentamiento, que puede consisitir en una tabla sencilla de ejercicio funcional
- 2.- HIDRATACIÓN
Entrenar en verano es diferente a practicar deporte en invierno por la hidratación necesaria para nuestro organismo. En verano es recomendable beber de forma continuada en pequeñas cantidades a lo largo del día, no sólo durante el entrenamiento. Si es posible, se deben consumir bebidas isotónicas que nos ayudan a reponer la pérdida de sales minerales y azúcares. En invierno, la ingesta de líquido puede ser más espaciada, pero es igualmente importante.
- 3.- SUDOR
Sabemos que en invierno también sudamos, pero en verano el sudor aparece antes y es más abundante. Por eso, al entrenar en verano, debemos tener en cuenta la hidratación que comentábamos en el apartado anterior. Para quitarnos el sudor de la cara, un consejo es llevar una cinta en la frente, una gorra transpirable o una muñequera.
- 4.- APORTE CALÓRICO
Seguro que habéis oido aquello de que en invierno tenemos más hambre que en verano. Lo que sucede es que en verano el cuerpo necesita consumir menos calorías para mantener su temperatura porque hace más calor. Por el contrario, en invierno aumenta el consumo de calorías para alcanzar y mantener una temperatura adecuada. Hay diversos estudios sobre si necesitamos o consumimos más calorías en verano que en invierno. Os recomendamos consultar a un profesional de la nutrición respecto a la necesidad de aporte calórico con frío y con calor en función del entrenamiento que vayáis a realizar.
- 5.- ROPA PARA ENTRENAR
Al practicar deporte en verano, debemos emplear ropa deportiva ligera y transpirable 100%. El objetivo es mantener el cuerpo debidamente oxigenado y evacuar el sudor. Es importante no quitarse la camiseta al entrenar en verano. La camiseta al humedecerse nos mantiene fríos y evitamos un golpe de calor que sí puede producirse, por ejemplo, si corremos sin camiseta. También es recomendable utilizar gafas de sol que se ajusten correctamente a las sienes y protejan de los rayos solares adecuadamente. Recordamos la gorra transpirable y la muñequera para proteger la cabeza y evitar que caiga el sudor. Y no olvidéis el empleo de alguna crema solar. En invierno la ropa también ha de ser transpirable. Pero es aconsejable llevar varias capas para quitárnoslas conforme entremos en calor. Recomendamos también emplear guantes y cambiar la gorra por un gorro que nos proteja del frío. También llevar una braga para tapar el cuello y evitaría broncoespasmos en los runners, por ejemplo. Es importante cambiarse de ropa nada más finalizar el entrenamiento para entrar en calor lo más rápido posible, ya que la ropa está mojada del sudor. En invierno anochece antes. Por eso es importante llevar ropa reflectante para ser más visible si entrenamos cuando se va el sol.
- 6.- MOMENTO DEL DÍA PARA ENTRENAR
En verano es recomendable entrenar las primeras horas de la mañana o las últimas horas del día debido al calor y a la humedad. Tened en cuenta también que si entrenamos en el exterior sea en lugares con sombra y no a pleno sol. El entrenamiento a pleno sol reduce considerablemente el rendimiento. Si el entrenamiento es en interior, han de ser lugares debidamente refrigerados, con el aire acondicionado no excesivamente alto. En invierno es importante tener en cuenta el viento, que incrementa la sensación de frío. Si salimos a correr en invierno, intentad ir con el viento en contra y volver con el viento a favor. En invierno podemos entrenar en las horas centrales del día. Tened precaución también con las pausas entre series. En verano pueden ser más largas, pero en invierno corremos el riesgo de enfriarnos.
- 7.- MOTIVACIÓN
En verano los días son más largos, pero hace calor, sudamos más, estamos más cansados por las altas temperaturas y cuesta más hacer deporte, aunque los músculos responden mejor al ejercicio. Para motivarnos, podemos pensar que en vacaciones tenemos más tiempo para hacer deporte, no tenemos que calentar durante tanto tiempo como en invierno y podemos conocer lugares nuevos, además de mantenernos en forma en verano. En invierno cuesta más salir de casa por el frío, pero podemos motivarnos practicando algún deporte en grupo, o con un entrenador personal. Obtener buenos resultados también nos ayudará. Un entrenamiento con sobrecarga excéntrica con máquinas inerciales puede ser altamente motivador en invierno y en verano.
Así pues, lo que resulta evidente es que, sea en invierno o en verano, nuestra cita con el deporte hay que mantenerla. Eso sí, sin locuras y con la cabeza bien fría.