Otoño y estado de ánimo

Temido por unos, deseado por otros, el otoño es una estación peculiar. Para un buen número de personas es un periodo de tiempo en el que su estado de ánimo se ve influenciado, en el que su actitud decae y no parece haber un remedio ni una explicación plausible. Con la ayuda de Saludterapia, los principales factores que parecen influir en ese estado de ánimo son:

  • La reducción de las horas de luz.

  • La vestimenta otoñal, más austera y con colores más apagados.

  • La bajada de las temperaturas, que nos lleva a salir menos de casa y aislarnos un poco más socialmente.

  • El final de las vacaciones de verano.

  • La vuelta al trabajo o las actividades cotidianas, que llenan el día de monotonía y en algunos casos puede llevar a cierta apatía.

  • Pequeños resfriados o enfermedades puntuales debidos al cambio de temperatura.

Ante este panorama, ¿qué se puede hacer?

  • Ya que las horas de luz son las que son y no se pueden cambiar, lo que sí podemos hacer es intentar aprovecharlas al máximo, es decir, intentar hacer vida fundamentalmente en las horas solares. Pero cuando se cambia la hora y las seis de la tarde ya es de noche, es importante: tener una buena iluminación en casa que de la sensación de que todavía se pueden hacer muchas cosas durante el día, hacer planes con antelación que nos obliguen a salir de casa aunque sea en horas que no hay sol, para poder tener la sensación de que el día todavía se prolonga, aprovechar los días en los que brilla el sol para disfrutarlos fuera de casa, aunque haga frío en lugar de verlo a través de las cortinas, intentar alejar el interior de las casas con plantas, colores vivos, vistiendo nosotros mismos de forma alegre que nos llene de esperanza…
  • El frío en efecto lleva a cierta pereza por salir, pero si nos dejamos llevar por esa pereza, como decíamos conduce a un aislamiento social. No hay que dejarse llevar por ello, y es importante intentar mantener el ritmo de social o de ocio habitual que teníamos en verano. Ya no podemos ir a la piscina con los amigos o la familia, pero podemos hacer otros deportes con amigos, podemos salir a cenar, al teatro, al cine, o a pasear, bien abrigados no hay por  qué temer.
  • Puede ser positivo en los casos en que pueda hacerse, reservar unos días de vacaciones para poder cogerlos durante el otoño o el invierno. La sensación de descanso que producen suele ser inmejorable ya no sólo por poder irnos unos días, sino también tener la sensación de que las vacaciones no terminan en agosto y que tengo una paradita para coger fuerzas a mitad del camino. Si no es posible, es bueno poder hacer alguna pequeña escapada de fin de semana que permita desconectar un poco del día a día y llenarlo de dinamismo.
  • La sensación de monotonía es necesario frenarla incluso antes de que se pueda crear. No pasa nada por tener rutinas, de hecho todo funcionamos así, pero muchas veces nos ahogamos por ellas mismas. Por ese motivo es bueno, poder hacer cambios en esas rutinas. Por ejemplo empezar alguna actividad de ocio nueva e interesante, si se puede algún día entre semana salir y hacer algo especial, aunque sólo sea cenar fuera de casa o tomar algo en el bar de enfrente, o realizar alguna pequeña visita, sorprender a la pareja con algún detalle, cambiar algo de la decoración de la casa o su distribución, conocer gente nueva. Algo que dentro de lo habitual pero suponga incluir cosas nuevas que creen ilusión y motivación.
  • Y obviamente para el tema de la salud, intentar tomar vitamina C, cuidar de nosotros mismos, comer bien, hacer ejercicio y abrigarnos bien cuando salgamos, ya que cuando nos ponemos algo malos el estado de ánimo suele bajar automáticamente y si se juntan los diversos factores no sólo baja en la enfermedad, sino que a veces se mantienen.
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